¿Qué puede aprender un fundraiser de Rafa Nadal?

Agustín Pérez, director de Ágora Social

En estos días se ha alabado la fortaleza mental de este tenista, tras haber remontado un partido que parecía perdido y haberle otorgado una victoria más a su extenso palmarés. Sin duda los fundraisers podemos encontrar inspiración en él.

La fortaleza mental en el deporte es la capacidad de observar y gestionar tus pensamientos, emociones y acciones, para entregar lo mejor de ti y hacer tu mejor juego, en cualquier situación, independientemente del resultado.

Sin duda los profesionales de la captación de fondos necesitan fortaleza mental para afrontar un trabajo plagado de retos y frustraciones. En mi experiencia, siempre vi con envidia el trabajo de otros compañeros que no resultaba tan desafiante. Al menos porque no tenían un listón definido que superar.

Se necesita, pues, una mentalidad fundraiser. Sobre todo a medida que el profesional tiene más responsabilidades y múltiples funciones. Esta mentalidad es tan importante, en mi opinión, como la estrategia y la cultura organizacional. Esta tríada me parece la clave de bóveda del éxito.

La mentalidad fundraiser se parece mucho a la mentalidad emprendedora.  En este punto suscribo las ideas de María Julia Bearzi, directora de Endeavor Argentina, una entidad de apoyo a emprendedores. Un responsable de captación de fondos tiene que moverse por un propósito, pensar en grande y asumir riesgos. Tiene que tener un buen equilibrio entre visión y acción, porque si se excede en la primera se convierte en un soñador y si lo hace en la segunda puede quedarse en ser eficiente sin llegar muy lejos.

Otros talentos que le ayudarán a alcanzar ambiciosas metas son el pensamiento crítico, la creatividad, el carácter resolutivo, la comunicación persuasiva, la focalización y la buena administración del tiempo y el liderazgo de equipos.

Como el emprendedor, el fundraiser tiene que ser perseverante, tolerante a la frustración, orientado hacia el cliente (en este caso, el donante) y al logro tanto como a las relaciones, seguro de sí para afrontar la incertidumbre y dispuesto a aprender continuamente.

La mentalidad fundraiser es también equiparable a la mentalidad de crecimiento. Esta hace que una persona crea que tales talentos se pueden desarrollar si se invierte compromiso, fuerza de voluntad y dedicación. Se contrapone a la mentalidad fija, que considera que uno es como es y no podemos cambiar en lo esencial.

Rafa Nadal es un deportista de élite, no un emprendedor. Pero creo que ambas figuras tienen rasgos comunes. Que no están escritos en los genes. Son el fruto de la formación de su carácter. Y este se esculpe a base de disciplina, resiliencia, curiosidad y responsabilidad.

En el caso de Rafa, son rasgos destacados de su carácter la humildad, el respeto y la solidaridad. Valores que agrandan aún más su talla humana y que, aunque no sean indispensables para su desempeño profesional, lo convierten todavía más en un modelo digno de emulación.

Fotografía: Wikimedia Commons

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