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Ignorancia atrevida

gestión Dec 14, 2022

Por Agustín Pérez, director de Ágora Social

Hace poco hablé con la directora de una fundación que necesita cubrir el agujero que dejó en sus finanzas la retirada del apoyo de una empresa y que no encuentra la forma de hacerlo. Ya había tenido dos contactos previos y conocía su trayectoria.

Le propuse, como primera media, que su patronato realizara una breve formación junto con su pequeño equipo técnico para tener una visión panorámica de la captación de fondos, ya que lo único que se les ocurría era redoblar esfuerzos en la organización de eventos de recaudación, método que no es escalable y que tiene resultados inciertos.

Al poco tiempo me dio una respuesta: los miembros del patronato o su presidente (porque no sé si es una posición compartida) consideran que no tienen que formarse en captación de fondos. Que debe hacerlo solo el equipo técnico.

O sea, que marcan la línea de cómo procurar los fondos, pero no necesitan aprender nada.

Tal vez no se les transmitió adecuadamente la información o acaso desdeñaron ese conocimiento con actitud soberbia.

No lo sé. Pero este caso me ha llevado a compartir mi reflexión sobre qué creo que deben saber los miembros de un órgano de gobierno o al menos parte de ellos, los más activos en las cuestiones económicas.

Tienen que saber cuáles son las fuentes de financiación a las que pueden optar y qué métodos existen para explotarlas. Y tienen que mantenerse al día, ya que tanto las unas como los otros cambian con el tiempo. En ocasiones, mucho.

No hace falta que conozcan la operativa de los métodos, solo el repertorio existente y sus ventajas e inconvenientes.

Permíteme con lo compare con el ejército. Los generales tienen que estar al día de las doctrinas militares y del desarrollo armamentístico. No tienen que aprender las tácticas al nivel de las unidades pequeñas ni el manejo de las armas. Eso corresponde a sus subordinados, que tienen que usarlas. Pero sin un conocimiento comprehensivo de ellas, no pueden diseñar sus estrategias y dotar a su ejército de los recursos más apropiados.

La elección de las fuentes de financiación y de los métodos no solo tiene implicaciones financieras, sino también políticas. Y en este ámbito es donde los miembros del patronato o de la junta directiva son insustituibles. Porque, como garantes del ideario de la organización, han de escoger formas de financiarse acordes con sus valores. Por ejemplo, optando por formas de financiación mejor alineadas con otros objetivos institucionales o que les permiten tener más autonomía frente a condicionamientos externos.

El éxito en la captación de fondos requiere un liderazgo político adecuado. Todavía me acuerdo con espanto de una época en la que, como recaudador de fondos, debía consultar decisiones tan nimias como ponerle precio a una camiseta a un vocal de la junta directiva que no tenía ninguna formación en este campo y que, en lugar de ofrecer orientaciones estratégicas, malgastaba su tiempo y el mío en esta absurda microgestión.

Tu patronato o tu junta directiva, ¿se dedica a ejercer sus responsabilidades y funciones en este campo o se limita a meter las narices en las decisiones tácticas menores? ¿Y se toma la molestia de formarse o cree que lo sabe todo por el mero hecho de ocupar un asiento en la sala de juntas?

Además de estar al tanto de la evolución de las fuentes y métodos, ha de recibir información y reflexionar sobre cómo los cambios económicos, políticos, socioculturales y tecnológicos pueden afectar, de forma favorable o desfavorable, a la estrategia de financiación de la entidad.

También ha de recibir periódicamente un análisis de los resultados del programa de captación de fondos, en especial de las campañas. Para ello también le puede venir muy bien una formación básica sobre las métricas de la captación de fondos. A veces los técnicos pueden abrumarlos con datos e incluso esconder sus fracasos tras un uso sesgado de los indicadores que le son más favorables.

Su función principal es fijar políticas. Como responsables de la salud financiera de la organización, pueden decidir recortar gastos, aplazar el inicio de nuevos programas, abrirse a nuevas vías de ingresos, movilizar reservas, aumentar la inversión en personal, etc. Se trata casi siempre de decisiones difíciles que hay que tomar tras un concienzudo análisis interno y del entorno.

Para que adoptar decisiones de calidad no basta la buena voluntad, hacer falta preparación. Y no me vale con decir que los miembros del patronato o la junta son personas muy cualificadas profesionalmente. Que sepan mucho de lo suyo no significa que tengan el conocimiento necesario para liderar la captación de fondos.

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